El origen de las cosas (2/100): el boli BIC

¿Quieres saber por qué el BIC naranja escribe fino y el BIC cristal escribe normal? Aquí te lo contamos.

A finales de los años veinte del siglo pasado, un joven periodista húngaro llamado Lazslo Biró, se dio cuenta de que la tinta de los periódicos, una vez se aplicaba al papel, se secaba muy rápidamente y no manchaba.

Ladislao Biro en 1978 (WIKIPEDIA)
Ladislao Biro en 1978 (WIKIPEDIA)

Este hecho contrastaba con lo que sucedía con la tinta que se utilizaba en las plumas estilográficas. Cuando uno escribe con una, tiene que esperar a que la tinta se seque antes de poder doblar el papel para, por ejemplo, introducirlo en un sobre. Un engorro. Sobre todo para un periodista.

Al principio, Biró trató de utilizar tinta para periódicos con una pluma normal, pero el experimento fue un fracaso, porque la tinta es viscosa y atascaba la estilográfica. Le dio vueltas al asunto hasta que en la feria internacional de Budapest de 1931 presentó el primer prototipo de lo que hoy conocemos como bolígrafo. A estas alturas, todo el mundo sabe cómo es: se trata de un instrumento de escritura cuya punta está formada por una bolita diminuta que gira libremente dentro de un agujero. La tinta fluye por capilaridad y, además, sirve de lubricante al giro. Por cierto, Biró contó con la inestimable colaboración de su hermano, químico, que desarrolló una tinta con la viscosidad adecuada.

La patente se registró en París en 1938.

Los hermanos Biró eran judíos y se vieron forzados a huir de Europa cuando el nazismo se extendió por el continente. Se establecieron en Argentina, desde donde patentaron su invención en los Estados Unidos y en el Reino Unido. El bolígrafo, “el boli”, fue adoptado instantáneamente por los ejércitos aliados y, poco después, pasó a ser un objeto cotidiano también en la vida civil.

Bolígrafos BIC cristal (WIKIPEDIA)
Bolígrafos BIC cristal (WIKIPEDIA)

En 1945, el turinés Marcel Bich, compró una fábrica en Clichy, un suburbio al norte de París y allí, junto con su socio Edouard Bouffard, fundó la Societé PPA (más tarde la Societé BIC).

Durante la guerra, Bich había visto un bolígrafo de los fabricados por Biró, y se propuso mejorarlo adaptándolo a la filosofía de su empresa, que era la de producir enormes cantidades de objetos de uso cotidiano fácilmente desechables. Invirtió en una maquinaria suiza que permitía darle forma al metal en tamaños diminutos (la bolita del boli Bic mide un milímetro). Le compró la patente a Biró y, en diciembre de 1950, lanzó el Bic Cristal.

El boli Bic es una obra maestra del diseño industrial. Su caña hexagonal, hecha de plástico transparente, recuerda la forma tardicional de los lápices de madera y, además, permite ver cuánta tinta queda en el tubito de polipropileno.

El agujerito que tiene la caña de cristal transparente sirve para igualar la presión del aire dentro y fuera del tubo y garantizar que la tinta fluya de forma constante.

El capuchón tiene una extensión que permite guardar el instrumento en el bolsillo.

Hasta 1961 la bolita era de acero inoxidable, pero a partir de entonces se sustituyó por una  de carburo de wolframio, mucho más resistente. Ese año también se lanzó el BIC naranja (de punta fina, 0,8 mm).

En septiembre de 2006, se habían vendido 100 billones de bolis BIC en todo el mundo.

El bolígrafo BIC forma parte de la colección de diseño industrial del Museo de Arte Moderno de Nueva York y está considerado como uno de los hitos del diseño a nivel mundial.

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